En nuestro sanatorio existe la mayor posibilidad de aplicar un amplio complejo de factores físicos naturales curativos (diferentes tipos de baños y climatoterapia), así como todos los llamados factores no específicos, que juegan un papel extremadamente importante en la patogénesis de la hipertensión: descanso, dieta, expansión razonable del régimen de movimiento, masajes y métodos de fisioterapia.
Hipertensión en etapas 1-2, sin crisis hipertensivas frecuentes, sin alteraciones desfavorables del ritmo cardíaco y conducción eléctrica, y con insuficiencia cardíaca no superior a la etapa 1.
El tratamiento de la hipertensión en el sanatorio comienza con la corrección de la terapia medicamentosa por parte de un cardiólogo y una cuidadosa selección de métodos balnearios y fisioterapéuticos de tratamiento.
El uso más amplio en la rehabilitación de pacientes cardiológicos lo tienen los baños de dióxido de carbono, lo cual está determinado por el importante papel fisiológico del dióxido de carbono en el cuerpo.
Los baños de dióxido de carbono estimulan el sistema respiratorio y nervioso central, proporcionando un efecto tonificante. También estimulan el funcionamiento del sistema cardiovascular, adaptando el miocardio al esfuerzo físico.
Baños de radón. El efecto terapéutico de los baños de radón se relaciona con su efecto analgésico, lo que lleva a una reducción de la presión arterial y a la normalización de las contracciones cardíacas.
Terapia vascular biomagnética. Es un procedimiento médico único que, tras su aplicación, mejora significativamente la microcirculación sanguínea en un 27-31%.
También desempeña un papel importante en la normalización de las funciones alteradas en pacientes con hipertensión:
Por lo tanto, la fase de tratamiento en el balneario es un eslabón importante en la prestación de asistencia médica a los pacientes con hipertensión (HTA). Se recomienda un curso de tratamiento de 13-16 días.